«…una gran parte de la identidad cultural de Iberoamérica se ha definido gracias a su narrativa. Aunque lo parezca esta afirmación no es contradictoria. Nada mejor que la ficción para explicar la realidad [ya que] la ficción literaria ha podido ir más allá que cualquier tratado de antropología o estudio sociológico en la percepción de la realidad». Fernando Ainsa.
Tratar de dilucidar a través de los textos literarios de una época la razón de ser de un país que nunca se ha visitado y sobre el que sólo se ha escrito y leído, puede llevarnos a una total mal interpretación de los códigos que están adscritos a los discursos y la dialéctica que los forma. Aún así, podemos realizar un estudio firme y severo acomodado en dichos textos siendo conscientes de las limitaciones que ya hemos anunciado, y de acuerdo a los pensamientos que los autores seleccionados, preparar una síntesis de lo que fue y es la realidad histórica del país conforme a su literatura. Si una lengua conforma una forma de pensamiento, una literatura ciertamente muestra una realidad social, política, económica y cultural de una nación, y por lo tanto, de su identidad como tal.
El Descubrimiento
Solís fue el primero en navegar el Río de la Plata y enfrentar a los indios flecheros que en la zona habitaban. No cabe la menor duda de que la conquista de lo que hoy conocemos como Argentina, y la creación del Virreinato de la Plata, tuvo peculiaridades que pueden ser definitorias de lo que hoy es la argentinidad. Al ser el último virreinato creado por los españoles en las Américas, tanto los conquistadores, como los administradores y los pobladores primeros habían de configurar de manera especial su forma de vida. No en vano, el mestizaje en Argentina es extremadamente raro de no ser por las pequeñas poblaciones de las provincias, mientras que en otras zonas de América es el 80 ó 90 por ciento de la población (…).
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